domingo, 22 de marzo de 2009

IX TROFEU LUIS ADSUARA VOLTA POPULAR CIUTAT DE CASTELLÓ



Tras la ardua batalla librada por los tres superhéroes menores Murray, Mackeyhan y López Macarthy un ciclo lunar antes del primer plenilunio de la primavera vernal, en el que finalmente se impusieron con criterio a los comparsanos bizarros de la calavera roja, un nuevo frente abierto se otea en el horizonte, 5.000 nuevos obstáculos que salvar.

Las heridas mononucleosidas del anterior combate borran del mapa a Mackeyhan, restando dos, sólo dos superhéroes, para afrontar la nueva empresa, con no pocas heridas abiertas que curar.

Murray y López Macarthy se hallan de nuevo en el campo de combate con el ánimo cercenado y los supertrajes azules ya muy dañados. Apenas dos jornadas después de la coincidencia del astro Rey del planeta azul con el primer punto de Aries, punto de la esfera celeste de ascensión recta, en la quietud del mediodía un disparo rompe la calma y a partir de ese momento todo sucede a una velocidad vertiginosa.

De 1.000 en 1.000 se abalanzan sobre nuestros superhéroes, sin duda ellos son cientos por cada uno de los nuestros.


Yo, Murray, decido comenzar atacando y tras esquivar numerosos cuerpos extraños, entre ellos un bullfighter, me deshago de los primeros 1.000 con un ataque cósmico, una campana fuerte suena indicando 3:12, presagio que no será así de fácil.

Sin descanso para mi, llegan otros 1.000 a los que ataco con más rabia que ganas, el supertraje dañado oculta las heridas recientes que ahora vuelven a doler, en 3:31 me libro de ellos y veo de reojo que se acercan más.

El tercer envite transcurre de modo similar al segundo, pero con el peso del anterior. Me pregunto qué tal le irá a López Macarthy. Siento calor, noto sudor frío por todo el cuerpo, creo que ni una nueva dosis de suero del súper-soldado podría aplacar mis sensaciones, a pesar de las cuales sigo deshaciéndome de ellos por millares, esta vez en 3:34.



El combate se recrudece, la proximidad al sol me debilita, ni la visión del Estadio Universal me fortalece lo más mínimo, ellos, los que completan el cuarto millar van cayendo, pero en su caída arrastran parte de mi, cada uno de ellos es una cuchilla clavada en mi carne. No voy a poder, sucumbiré, regresaré a las frías aguas del Ártico. Justo aquí recibo un bombardeo de rayos vita que tira de mi, acabaré con ellos. 3:38.

Ellos están debilitados, apenas quedan 1.000, en otras circunstancias me hubiera merendado a los 5.000 sin despeinarme, pero ahora… no puedo más. Cumpliré con mi misión y regresaré por donde vine. Tengo que recuperar mis fluidos corporales y sustituir mi atuendo, quizá recupere el escudo, quizá sustituya mi supertraje… Este último envite es el más costoso, no así el más duro que fue el anterior. Finalmente supero a los 5.000, el último ataque en 3:44.

Cuando todo parecía acabado, por encima de un centenar de ellos aparecen de la nada, esta vez, con la tranquilidad del combate finalizado los aplasto sin más en apenas 0:21, oracular.

Al poco me encuentro con López Macarthy a quien ya espera Sharon Carter con dos grandes recompensas, por un momento he temido por él.

Pasamos del silencio al estruendo para regresar de nuevo al silencio en 18:02 para mi y 21:14 para López Macarthy, no ha sido brillante, pero ha sido. Probablemente pronto nos veremos embarcados en otras batallas, con otros afanes y en otros mundos. Es seguro que algún día sucumbiremos, nos podrán las fuerzas del mal, pero hasta entonces…

Mi batalla